¿Eres la primera persona que llega a la oficina y la última que sale? ¿Crees que no te puedes ir más de 3 días de vacaciones? Piensas que esto de las creencias no va contigo? ¿Te gastas miles de euros en formación de liderazgo y después no te sientes capaz de ponerte en acción?
Si has contestado a por lo menos dos de estas preguntas con un SI, te invito a que descubras qué barrera “invisible” te está limitando a generar mayor beneficio y poder vivir desde la libertad en tus proyectos: TU.
Seguramente ahora tu YO SABOTEADOR te habrá empezado a decir que estás haciendo todo lo que puedes en el tiempo que tienes. Puedes seguir poniéndote todas las excusas que quieras, sin embargo mientras no seas consciente de que el responsable eres tú, no comenzarás a obtener el resultado que mereces.
Existen muchas formas de construir equipos al igual que existen miles de formas de gestionarlos. Encontrarás miles de artículos con herramientas para ello, aunque antes de empezar es necesario que tengamos claro algo sobre nosotros mismos. Qué obstáculos me puedo encontrar en dicha gestión y cómo superarlos para poder crecer y evolucionar de manera eficaz y ahí es donde entra la toma de conciencia de los límites que voy a poner en esa gestión.
Las creencias limitantes son ideas, opiniones o percepciones que hacen que sintamos de manera consciente o inconsciente, que hay algo que no puedo realizar. Todos tenemos barreras limitantes, TODOS. Si aún leyendo esto eres de los que piensan que no tienes dichos límites, empieza por ahí porque esa es tu principal creencia limitante. Cuando descubres esas creencias que te están condicionando y que además no te dejan crecer con tu equipo de trabajo es el momento de ponerse en acción para transformarla en una creencia que aporte nuevas opciones.
Las tres creencias que más limitan a la construcción y/o evolución de un equipo de trabajo son (por experiencia propia).
1.Si quieres hacerlo BIEN, hazlo TU.
Qué es BIEN para ti? Y para tu equipo? Y para tu cliente?
Cada persona tiene una visión diferente de lo que es “BIEN” y empezar a comprender eso es el inicio de desmontar la creencia. Además, ten en cuenta que cuando tienes un producto o servicio a la venta la persona que va a definir lo que es “BIEN” es tu CLIENTE. Entonces… No será más importante definir ese “BIEN” del cliente como prioridad y posteriormente distribuir el trabajo de ese “BIEN” a las personas del equipo o colaboradores que dispongan de mayores competencias para desarrollarlo “BIEN”?
Es posible que inicialmente parezca mucho trabajo (otra creencia limitante) sin embargo con el tiempo verás como puedes gestionar mejor lo realmente es importante para ti y dejarás tareas más pequeñas en manos de tu equipo.
2. “Me cuesta menos hacerlo que explicarlo.”
Lo crees, lo sabes, lo supones, lo has probado?
Es posible que en este caso haya una parte de realidad, aunque también hay una pequeña parte de la primera creencia limitante escondida. Pensamos que nuestro equipo no está preparado o que no tenemos tiempo de desarrollarlo o que luego me va a tocar hacerlo entero e incluso me imagino esa situación y mi resultado emocional. Toma ya!
Qué es lo peor que puede pasar? Las primeras veces puede ser un poco complejo, sin embargo, el inicio es empezar a adaptar tu lenguaje y confía en que tu equipo lo va a realizar “BIEN”.
Date la oportunidad de que el equipo juegue un papel importante y que asuma la responsabilidad del resultado junto a ti.
3. Y si me copian y se llevan mis ideas?
Dónde se las van a llevar? Las van a cargar en un camión, las van a mandar por mensajería a la competencia… De verdad, eres consciente de cuánto valen tu ideas? CERO. Hay miles de Cementerios de Ideas en los espacios empresariales de todo el mundo.
“Las ideas se roban, el talento jamás” Andrés Godoy.
Comparte tus ideas, con todos los que puedas, que te den una visión externa es el mejor feedback que puedes obtener para poner los pies en el suelo y definir los siguientes pasos de desarrollo de las mismas y la transformación en productos o servicios reales y con beneficio económico.
Transformar creencias limitantes en otras que elevan tu potencial y el de los equipos, requiere esfuerzo y dedicación consciente. Descubrirlas forma parte de la contribución al crecimiento del equipo, además facilitan una mejora del compromiso frente a los objetivos de la empresa y sobretodo una mejora continua de la calidad y confianza de todos los miembros.
Si dicha transformación se convierte en un reto, hazlo simple y empieza por minimizar la importancia de las mismas. Trabaja en ti, experimenta contigo y desarrolla tu máximo potencial a través del desapego a esas creencias limitantes.
Superar ese proceso seguro que abrirá la puerta a nuevas opciones y sobretodo a dejar de ejecutar para empezar a gestionar de verdad tu empresa y sobretodo tu equipo.
Si quieres conocer cómo perciben tus equipos las iniciativas adoptadas desde tu organización, te invitamos a descubrir nuestro Aquora Thermometer Survey.