Me muevo mucho en el entorno de la PYME, de hecho, el 85% del tejido empresarial e industrial en España es PYME. Para la mayoría, aunque no lo sepan y esté algo manida la frase, el capital humano es su principal activo. Los conocimientos, experiencias, relaciones, etc. de su equipo tienen un valor incalculable y han de saberse gestionar.
Conseguir una adecuada vinculación y motivación del personal a la empresa es un factor clave del éxito de cualquier negocio. Un buen enfoque de la gestión de Recursos Humanos en la PYMES se sustenta en el alineamiento estratégico de las personas con los objetivos del negocio. Lograr el compromiso de las personas, haciendo que éstas se sientan partícipes del proyecto de la compañía, dejando de lado la tradicional relación contractual laboral por un contrato psicológico que involucre a los empleados en un sentido intelectual, emocional y conductual. Esto permite generar ventajas competitivas a través de las personas que son muy difíciles de copiar y caracterizan la estrategia empresarial y metodología de trabajo al mismo nivel que lo puede hacer una estrategia financiera o de inversión.
La Dirección de la PYME, al contrario de lo esperado, dedica gran parte de su tiempo a controlar sus empleados y la gestión operacional de su negocio, sin preocuparse de las nuevas oportunidades que brinda el mercado y las necesidades de sus clientes, que es donde están las únicas posibilidades reales de crecimiento. Aceptada la importancia de contar con la energía, el esfuerzo, la ilusión y productividad que proporcionan las personas, es razonable preguntarse por qué las PYMES dedican largas reuniones a procesos de planificación comercial, de marketing o financieras, y no dedican tiempo a una estrategia de Recursos Humanos. Hoy, aspectos como la tecnología, están al alcance de nuestros competidores, y en un entorno global, en constante cambio, la única diferencia para tener la flexibilidad necesaria y enfrentar la dinámica de los cambios competitivos, es y estará en las personas.
Por tanto, el secreto del éxito es bastante obvio, tener personas capaces en la PYME, que hagan las cosas bien, comprometidas con el éxito de la compañía. Esto permite al empresario centrarse en lo importante, en potenciar el negocio y encantar a sus clientes. La implementación de este secreto no es fácil y no necesariamente tiene un impacto en la estructura de costes. El primer paso, es que el empresario cambie su visión de cómo enfrentar el día a día y el crecimiento de su empresa. Es en ésta etapa donde fracasan muchas PYMES. Son muy pocos los empresarios que tienen todas las habilidades, conocimientos y competencias para administrar su empresa desde esta perspectiva. El segundo paso, es tener la capacidad de pedir ayuda a gente que sabe y que puede ayudar al empresario de pyme a marcar la diferencia, a desarrollar todo su potencial.